miércoles, 16 de abril de 2014

Mirada.


Harto de esquinas y encuentros, de brisas imposibles y de palmas, un hombre cruzó la puerta correcta sin mirar atrás. Los bolsillos llenos de recuerdos, un diario triste... una promesa indiscreta. 
Era un hombre tenaz y eligió el camino mas difícil, vestido de nubes y abrazos guardó para si las heridas como premio de consolación. Llenó de fuego sus años... llenó su boca de tierra y sangre con la inaudita dulzura de los verbos mas terribles. La muerte le había olvidado...
Era un hombre simple, inmutable, inconcebible, irrefutable... era ingenuo, utópico, casi tímido y libre! 
Dejó los versos en un rincón, maldijo las horas descalzas y cubrióse de sombras demasiadas, de secretos innombrables, de extrañas flores con olor a gritos y a escarcha! 
Se cansó de sonreírle a la distancia sin infierno ni pasión, perdió la calma!
Lleno de culpas y prosa... de miedos y farsas; un hombre cruzó la puerta correcta arrastrando las preguntas, un antes y un después, un eco ingente y despiadado.
Era un hombre feliz.



Andy Rumbaut.

1 comentario:

eMoon dijo...

Excelente amigo.