Todavía mi sonrisa es de invierno, ya no queda nada que ganar... que así sea!
Rielan malditos mis días rescatando la memoria y su voz acerba... nunca me han gustado las sorpresas.
Fue usted maravilloso a veces, infinito siempre, necesario nunca.
Hoy la certitud me guía lejos de sus caminos, de sus mañanas, de sus efímeros espejos sin prisas y sin calma. ¡Que así sea!
Todo le ha salido bien, o casi. La palabra difícil y el adiós... el brillo prestado.
Siento frío por usted y de su ausencia, de su sonrisa de papel y mariposas muertas.
El color azul casi distante, ha quedado atrás. ¡Que así sea!
Y otros mapas dormirán ocultos, cosechando polvo... sin segundas partes.
¡Las aves siempre recuerdan!
Todavía juego a ser niño; a perpetuar estigmas y desvestir la magia. ¡Quiero llamarle traidor y sudo escarcha!
Usted me verá bailar en el silencio, intentará reír a mis espaldas, podrá llorar cuando esté triste y también morir cuando haga falta.
¡Sea libre hoy! ¡¡Que así sea!!
Andy Rumbaut
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