El espejo es un juego de aplausos, es tu cuerpo indómito, infinito… distorsionado y caótico y febril.
La muerte de todas las pequeñas cosas deja un
eco en el aire que ya no huele a misterios.
Hoy se pierden tus momentos, tus lagrimas y tus desiertos.
El ego queda escrito en la palma de mi mano como las verdades que no se dicen.
Eres hermoso y frágil, un instante, un parpadeo, una chispa de eternidad y besos… se me escapa ese momento entre los dedos.
Mil pasos desde ayer donde la calma ya no abraza lo incierto.
Hoy voy a beberme las tormentas y en la penumbra estéril voy a gritar que me muero…
¡Guarda mi abrazo insomne, criatura! ¡Enrédate aquí en mi pecho!
El espejo es un juego de aplausos, es tu cuerpo indómito, infinito, distorsionado y caótico y febril…