No quiero despertar sin saber que este día es nuestro. Salgo vivo de tus brazos para tragarme el silencio… yo te he amado sin permisos.
Quiero la puerta de un sábado cualquiera, de un marzo cualquiera, de un mediodia cualquiera… una ciudad de piedras que nace a través de tus ojos, el brillo que tus lagrimas dejaron olvidadas sobre mi pecho.
Lo que no seas tú es una mentira, es la punta de todos los miedos… lo que no me dices por cobarde, lo que nos roba el olvido. Fuimos tres, cuatro y dos y nada.
No quiero esperar de un cuerpo, al besarlo, que por un simple beso me regale su alma; que se convierta en algo más o algo menos…
Quiero las noches que prometes… nunca he visto noches como esas, solo las había soñado.
No quiero vivir otras mañanas cuando llegue el momento de olvidarte, como la prueba irrefutable de algo en lo que no se cree.
Andy Rumbaut