En la penumbra… encuentro tu sonrisa sin ruidos que me espera.
La muerte de todas las pequeñas cosas deja un
eco en el aire que ya no huele a misterios.
Hoy se pierden tus momentos, tus lagrimas y tus desiertos.
El ego queda escrito en la palma de mi mano como las verdades que no se dicen.
Eres hermoso y frágil, un instante, un parpadeo, una chispa de eternidad y besos… se me escapa ese momento entre los dedos.
Mil pasos desde ayer donde la calma ya no abraza lo incierto.
El espejo es un juego de aplausos, es tu cuerpo indómito, infinito… distorsionado y caótico y febril.
La muerte de todas las pequeñas cosas deja un
eco en el aire que ya no huele a misterios.
Hoy se pierden tus momentos, tus lagrimas y tus desiertos.
El ego queda escrito en la palma de mi mano como las verdades que no se dicen.
Eres hermoso y frágil, un instante, un parpadeo, una chispa de eternidad y besos… se me escapa ese momento entre los dedos.
Mil pasos desde ayer donde la calma ya no abraza lo incierto.
¡Ya no puedo soñar, no quiero volar sobre tu sombra!
Hoy voy a beberme las tormentas y en la penumbra estéril voy a gritar que me muero…
¡Guarda mi abrazo insomne, criatura! ¡Enrédate aquí en mi pecho!
El espejo es un juego de aplausos, es tu cuerpo indómito, infinito, distorsionado y caótico y febril…
Hoy voy a beberme las tormentas y en la penumbra estéril voy a gritar que me muero…
¡Guarda mi abrazo insomne, criatura! ¡Enrédate aquí en mi pecho!
El espejo es un juego de aplausos, es tu cuerpo indómito, infinito, distorsionado y caótico y febril…
Andy Rumbaut
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