domingo, 3 de abril de 2011

Pluma, ausencia y culpa

Había una vez una pluma perdida, una ausencia impresente y una culpa adherida que jugaban a ser libres y desafiaban el ocaso irredundante. Permitianse mirar a través de los cristales a la inocencia…que vagaba sin poder entrar.
Reianse a su vez de la ternura, de los transeúntes y del viento norte, creianse dichosas de no conocerse, de espiarse mutuamente…de amar por separado al mar y a los ríos y a la risa y a los hombres y a la vida y a las piedras y a tantas cosas que ya ni recuerdo.
Soñabase un ave la pluma, una idea la ausencia y una daga la culpa…
Ahogabanse de silencios incongruentes y continuas frustraciones.
Mentianse de tantas verdades y tantos sueños, pero, sedientas de amor sabianse vírgenes, cobardes de perpetuas dogmas y sofocados llantos…desdichadas.
Había una vez una pluma perdida, una ausencia impresente y una culpa adherida que vivían en un olvidado reloj de arena, muy antiguo, y una tarde…alguien dejo caer el reloj. Y se hallo la pluma, y se hizo presente la ausencia y la culpa…vago desconcertada buscando un dueño.

Andy Rumbaut.

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