viernes, 27 de septiembre de 2013

Idilio.

El me encontró vacío de muchas horas que no sabía matar, con el cuerpo manchado de duda y misterio,  también un poco triste; triste y perfecto! Era uno de esos días en los que todo me daba igual, la vida me parecía un baile de máscaras interminable y aburrido. 
Como otros muchos era experto en soledades, dueño de una rutilante sonrisa de esas que merecen un aplauso... una voz como golpes de premura y un deseo inmediato de  mis noches.
Le di la razón a los instintos, partí en un viaje sin regreso y sin opciones; nunca mas fui dueño de mis lágrimas. Ya no tuve miedo, la primera mirada marcó la diferencia, se quedo un ínfimo instante en mis ojos; la perfecta excusa para olvidar... o al menos intentarlo.  Le dije adiós a mis canciones, a los hechizos sin nombre; a los números primos... dejé mis alas rotas en su cama. Me convertí a los momentos, a los besos de circunstancia. 
Olvidé mis voces en el mar(tan verde el mar) presas en una botella. Ya no supe amar la letra deshojada no me di prisa en odiar. 
Ahora muerdo lo silencios encerrado en este saco de fantasmas, despacio me alejo entre murmullos llevando su cabellera de guerra, también su nombre, también un poco de su locura deliciosa. Lo he dejado vacío de historias, demasiado libre para amar... intrascendente.


Andy Rumbaut.

1 comentario:

Mauryn dijo...

Bello !