Ha viajado en el tiempo contando historias, intentando ser fiel como no lo fue consigo mismo... sin culpar a nadie… cargando el peso de la confusión y la espera, de tantos errores propios y ajenos, de tanta vida. Sus ojos son del color de la guerra, su boca es una frase peligrosa; todo lo demás no es importante.
Piensa sin descanso, lanzando murmullos al viento con su voz de trampa y pesadilla. No abraza, no se detiene... no cambia.
No ha faltado al dialogo infinito, al frío de otras tierras... es versado en los recuerdos tenues y los hechizos discretos. Ha nacido para ser feliz.
No alcanza a borrar sus huellas y ha enterrado su dolor muy lejos... tan lejos!
Si pudiera, regresaría a los espejos... abriría la puerta equivocada cual Edipo adolescente y defenestrado.
Tiene la certeza de amar, u odiar que es casi lo mismo.... ha respetado el silencio muchas veces y también ha regalado sonrisas tristes. Es el sueño roto de un ángel cobarde que cambia de rostro y de alas, que pierde sus letras, que le teme a los minutos y a las horas...!
Necesita la distancia para sobrevivir, anhela los vocablos infinitos; los trucos divinos y las diatribas demasiadas!
Ha escapado del tiempo traicionando la memoria, jugando a besar el infinito, mirando el camino con ojos diferentes y menos sabios... está listo para morir y nacer.
Andy Rumbaut.
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